Y llegó…

Llegó mi arcoiris.

Llevo mucho tiempo desaparecida, han pasado muchas cosas desde entonces, pero… Todas buenas. A pesar de que mi embarazo empezó muy mal con el hematoma y otro susto en el segundo trimestre por un manchado, llegué al tercer trimestre y me relajé. Por fin empecé a vivirlo y creermelo.

Mi arcoiris nació por cesárea el 1 de febrero de 2019, justo la fecha en que un año antes hubieran nacido a término mis mellizas. ¿Casualidades? A mí me gusta pensar que no… Me gusta pensar que mis niñas me regalaron amor en forma de fuerza para que Uriel llegara hasta el final.

Uriel significa luz.

Cuando me preguntan cuantos hijos tengo, siempre contesto que cuatro. Dos niños conmigo y dos niñas que se tuvieron que ir demasiado pronto, pero que dejaron una huella en mi alma para siempre. Soltar no es olvidar.

Continuo con mi arcoiris

Estoy de 16+3. Hace unas semanas no me hubiera imaginado llegar hasta aquí de ninguna manera. De hecho iba a escribir mucho antes pero me recordó que hace un año publicaba y después las perdía… Así que por miedo a repetir patrones incluso he evitado esa tontería.

Milagrosamente mi pequeño espartano (apodado así por su padre), sigue adelante. No queda ni rastro del hematoma, mi cuerpo lo ha reabsorbido por completo.

He pasado la etapa de mayor riesgo, me lo repiten constantemente, pero a mis mellizas las perdí en el segundo trimestre hace casi un año. Por eso, mi ginecólogo extremó las precauciones y no me ha permitido bañarme en todo el verano (ni tener relaciones sexuales).

Durante este embarazo estoy pensando más que nunca en mis niñas. Hace un año me despedía de ellas. No paro de imaginar cómo sería ahora mi vida si estuvieran conmigo. Por eso mismo, estoy dejando claro a mi Lucero que tuvo dos hermanas mellizas, de hecho ahora que empieza el colegio hay que rellenar un libro explicando nuestra familia y… Hemos escrito que tiene dos hermanas que tuvieron prisa por nacer y se convirtieron en dos estrellas. Me quedo como con el alma más tranquila reflejando públicamente que realmente existieron aunque mi alrededor las oculte.

Por cierto, ya sabemos lo que es mi arcoiris, es un… Niño. Cuando me lo dijeron sentí tanta decepción, que me sentí muy culpable. ¿Después de lo que he pasado aún me creía en derecho de poder escoger? Siempre había querido tener una niña, desde bien pequeña, las tuve y se fueron… Me daba rabia. Igual quería recuperar también parte de ellas…

Pero mi arcoiris viene guerrero, de hecho estando de 13 semanas ya noté las primeras burbujas y ahora cada poco noto como un pececillo nadando en mi tripa. Me hace sentir bien, me recuerda que está ahí, que es real.

Su hermano mayor está súper feliz, tiene una gran sensibilidad hacia él que choca con su carácter brutote. Me da besos en la tripa, le habla e incluso le canta! También cuando ve cosas parar bebés dice que le comprará una a su hermanito… Y yo… Me derrito de amor! Mi chico grande en septiembre hará ya 3 años que me convirtió en mamá.

Embarazo con hematoma II

Al abrir este blog hace casi 4 años no esperaba ni mucho menos compartir este tipo de temas… Tampoco es de mi agrado y desearía no hacerlo, pero creo que mi experiencia puede ayudar a futuras mamis.

Como ya os explicaba en mi anterior entrada… ¡Por fin estoy embarazada! Pero la sorpresa vino cuando en la primera ecografía me encontraron un hematoma de 13x6mm.

Reposo prácticamente absoluto y vida relajada. Mi marido ha tenido que asumir al 100% los cuidados de nuestro hijo de casi 3 años y hemos contratado una chica para que nos ayude unas horas a mantener la casa. Yo no puedo hacer NADA, me siento súper impotente y después de una semana ya tengo dolores de espalda.

Como no podía aguantar tanta incertidumbre, decidimos hacernos otra ecografía a la semana. Necesitaba saber que el hematoma se estaba absorbiendo y mi pequeño embrión seguía latiendo.

Nada más visualizar la imagen del ecógrafo, me quedo en shock.

El hematoma había crecido y rodeaba todo el saco. Me entraron ganas de llorar, de gritar y de suplicar que esto fuera sólo una pesadilla. ¿¿Cómo podía ser??
Antes llevaba una vida muy muy ajetreada, no paraba y lo había dejado todo para dar una oportunidad a nuestro bichito.

Como comentaba, el hematoma había casi triplicado su tamaño, en la imagen parecía que estuviera el saco flotando en la mancha negra, sin embargo mi bichito había seguido creciendo y su corazón latía.

La explicación se ve mejor en esta última ecografía desde otro ángulo. Hay una parte «enganchada» que es lo que se convertirá en placenta y se veía que lo estaba nutriendo.

Después de estas imágenes nuestros porcentajes de éxito se han reducido al 50%. Reposo, sigo con la progesterona y me han retirado adiro hasta la próxima ecografía dentro de 10 días para ver si así remite el hematoma.

He buscado mucho por internet y no he encontrado ecografías tan evidentes como la mía, ya me comentó el ginecólogo que era un caso que se veía muy poco. Estoy cansada de entrar en las estadísticas «raras». Cada vez que voy al baño examino con detenimiento el papel por si hay sangre, pero por lo pronto no he sangrado nada (me dijeron que sería normal). Mi ánimo va a días, aunque aún me aferro a las posibilidades de éxito. El estar prácticamente encerrada en casa en pleno verano, quedarnos otro año más sin vacaciones motiva poco.

Sólo espero que merezca la pena, todo el mundo sabe que estoy embarazada, pero nadie nombra mi bebé por si el final no es el esperado… Incluida mi pareja.

Necesito casos parecidos. ¿Tenéis alguna referencia?

Embarazo con hematoma

Esperaba llamar a esta entrada «mi arcoiris» o algo dulce, cursi y soñador del estilo… Pero parece que la vida me pone a prueba. No está para planearla.

Después del complicado parto de mi hijo (pero fantástico embarazo), me enfrenté a la experiencia más dura de mi vida, la pérdida de mis mellizas. Cuando nos dieron el visto bueno para volver a la búsqueda, tardamos más de medio año en encontrar el primer positivo. Este coincidió justo con la administración de progesterona por parte de mi ginecólogo, pero… Acabó con un aborto bioquímico.

En el siguiente ciclo volví a quedarme embarazada con la progesterona, a la que se añadió el adiro.

Y parece que fue bien, tuve mi ansiado positivo de nuevo, repetí los tests cada dos días para comprobar que la hormona seguía subiendo, a la semana me hice un clearblue para acabar de convencerme y hoy llegué a la esperada primera ecografía de control.

Aparecí impaciente en la consulta pensando en positivo. Nada más empezar a buscar mi pequeño embrión, divisé en la pantalla lo que me parecieron dos bolsas… Me mantuve callada, me puse nerviosa e ilusionada pensando en que venían mellizos de nuevo… Pero el ginecólogo se mantenía callado y serio revisando las imágenes.

«Esta es la bolsa con el embrión y… Esto de aquí al lado es un hematoma»

Después se acercó al embrión y me dijo que se veía perfectamente cómo «parpadeaba» su corazón, a continuación puso el audio y escuché ese sonido que desde mi aborto gemelar me genera tanta ansiedad… Su latido. Se me puso la piel de gallina y sentí mucha ilusión y miedo.

6+1 con latido y hematoma

Tengo que seguir tomando progesterona y adiro. También me ha hecho un informe solicitando la baja por embarazo de riesgo. Tengo que hacer reposo domiciliario, cero esfuerzos y vida relajada… Tema complicado con un niño de casi 3 años. La próxima ecografía no la tengo hasta la semana 9.

Tengo entendido que con otros casos de hematomas suele haber sangrados y pequeños cólicos. El mio está siendo totalmente asintomático, aunque me ha avisado de que puede que manche.

Y eso es todo… Estoy muy escéptica, de nuevo como si estuviera viviendo una historia ajena a mi. Además todo el mundo se ha tenido que enterar de mi embarazo de una forma muy precipitada. Yo había fantaseado de otra manera… y más tarde. El único que no sabe lo que está pasando esta vez es mi hijo, mi marido simplemente le ha explicado que mamá está malita y hay que cuidarla… Y he recibido un extra de besos.

¿Conocéis más casos? Necesito experiencias.

Embarazo bioquímico

A veces se le denomina “aborto bioquímico” o “microaborto” y no es mas que una pérdida embrionaria precoz, tan precoz que no llega a verse en la ecografía resolviéndose sin la necesidad de administrar ninguna medicación ni de realizar un legrado.

La entrada anterior de mis tratamientos de fertilidad la escribía con la intención de explicaros después mi test de embarazo positivo… Pero como podéis imaginar, el transcurso del embarazo no ha sido como era de esperar.

Detecté el positivo un día antes de mi falta con una raya marcada muy levemente. Dos días después lo volví a repetir y se marcaba más. Desde ese momento fui plenamente feliz, me volví a ilusionar y rápidamente se lo dije a mi hijo para que mi propio hijo le diera la sorpresa a mi marido. Acabamos abrazados juntos muy emocionados. Un momento que nunca olvidaré. Lucero desde ese día me daba besitos en la tripa y también las buenas noches.

Sin embargo nuestra felicidad ha durado exactamente 12 días desde aquel test. Me desperté manchando sangre roja, ya me imaginé lo peor, y tuve que volver a las urgencias, el escenario de mis pesadillas, sólo que esta vez ya sabía perfectamente lo que significaba.

Un embarazo bioquímico. Muchas mujeres ni se enteran de que los tienen porque los consideran retrasos en su período, pero yo sé que he llegado a tener un embarazo, una implantación… Que no ha evolucionado.

En unos días he pasado de estar de la felicidad más absoluta a caer en lo más profundo de la decepción. Yo que decía que había perdido la inocencia por unos días me volví a ilusionar. Ilusa de mi me volví a creer la historia de «eso a mi no me pasará«. También es verdad que iba con la idea de que si tenía otro embarazo lo quería disfrutar desde el primer día y así lo hice.

Pero en un abrir y cerrar de ojos me vuelvo a encontrar en la línea de salida pensando si en algún momento llegaré a la línea de meta.

A pesar de que era todavía un secreto, en la guardería ya se le había escapado que iba a tener un hermanito (habla por los codos), estaba muy entusiasmado. Por ese motivo, le hemos dicho que el hermanito se ha ido. Se ha quedado pensando muy serio y me ha respondido: No te preocupes mamá, lo encontraremos.

Revisión ginecológica y síndrome de congestión pélvica.

Llevábamos ya 6 meses de búsqueda sin resultados. La última revisión había sido había sido hace 3 meses y todo se veía bien por ecografía. Así que ya estaba dada de alta completamente por mi aborto. Era la revisión anual que me hago cada año en mi ginecólogo privado, al que le tengo confianza plena.

Él sabía que estábamos en búsqueda, y le extrañaba que no lo hubiéramos conseguido todavía. Le expliqué que mis reglas ahora eran más abundantes y que tenía dolores fuertes que solían coincidir con la ovulación y los días premenstruales.

Esta vez, decidió hacerme una ecografía vaginal semincorporada. Y descubrió que tenía varices uterinas.

Las varices uterinas, conocidas popularmente como “varices en la matriz” son un conjunto de síntomas que causan dolor crónico en la zona abdominal baja, que empeora la ovulación y el período premenstrual en mujeres en época fértil que hayan tenido uno o más embarazos.

Como veis en la definición, yo las estaba teniendo de libro. También se denomina a este problema «Síndrome de congestión pélvica». Puede estar relacionado por número de partos, fluctuaciones hormonales, infecciones… Como la infección que se llevó a mis niñas.

No me lo vieron antes porque las ecografías se suelen hacer tumbadas y el plexo venoso está «relajado» por lo que no se ve en la imagen.

Esta noticia me dio luz a la explicación de mis complicaciones. Esta era la explicación de por qué en mis legrados me desangraba, necesitaban estabilizarme y hacerme transfusión de sangre. En el proceso «rompían» una variz y mi cuerpo no era capaz de solventar la hemorragia.

Por otro lado el síndrome de congestión pélvica puede ocasionar problemas de fertilidad, es decir, dificultades para nuevos embarazos.

De todas formas, el ginecologo es siempre muy positivo conmigo y me recetó un par de medicamentos para ayudarme.

Uno de ellos es Inofolic fert. Es un suplemento para mejorar la calidad de mis óvulos. Aunque sabe que en principio no tengo problemas quería reforzar. De hecho vio que en mi ovario derecho tenía casi dos folículos a punto para ovular y nos recomendó tener relaciones los próximos dos días. Incluso podía ovular a la vez de los dos porque iban muy a la par!

El otro medicamento que me recetó fue Utrogestan 200mg por vía vaginal del día 14 al 28 de ciclo y en el caso de que me quedara embarazada siguiera tomándolo. Esto simplemente es progesterona, la hormona que ayuda al útero a hacerlo más receptivo a la implantación del óvulo. Justamente ahí parece que residía mi problema.

Me fui de la consulta contenta y satisfecha. Tenía respuestas y posibles soluciones.

¿Vosotros, habíais oído hablar de este problema? ¿Conocéis casos de embarazos exitosos?

La espera que desespera.

Ya he visto 6 negativos y a cada uno me cuesta más levantarme. Tenía miedo de las complicaciones de mi aborto y legrados pudieran impedir nuevos embarazos. Tenía miedo de repetir la historia de infertilidad de mi madre… Y ahora tengo todas las sombras sobre mi. Probablemente sea yo misma la que está volviendo mi cuerpo contra mi, pero no lo puedo controlar.

Todo el mundo sabe que no paso por mi mejor momento, desde el 25 de agosto del 2017 tengo el alma rota y no consigo rehacerla. Casualidades de la vida espero una nueva sobrina para el 25 de agosto, noticia que me hizo sentir la peor tía del mundo. No me alegro del embarazo y me cuesta mantenerme entera delante de mi cuñada, aunque se que en un futuro querré a esa niña tanto como a mi actual sobrina. Es un sentimiento general, no personal. Tengo «embarazofobia» huyo en cuanto las veo.

Hasta mayo no tendré otra revisión en ginecólogo pero espero pedir para entonces todas las pruebas necesarias.

Sé que necesito ayuda también en el tema personal y la he buscado. Aún necesito tiempo para elaborar mi duelo… Siempre van a estar en mis sentimientos.

Superada la APLV

En entradas anteriores como «Dieta libre de Lácteos» os explicaba cómo llevábamos el tema de la alergia a la proteína de leche de vaca (APLV). Ahora puedo por fin decir que a sus 2 años y medio la ha superado.

La verdad es que para nosotros ya era completamente normal y lo que en un principio parecía una odisea al final ha resultado ser toda una experiencia enriquecedora para reconducir nuestra alimentación por un camino más saludable (la de todos).

Y es que después de aprender a leer de un sólo vistazo todas las etiquetas, acabas optando por comprar alimentos menos procesados y acudiendo a comprar a tiendas ecológicas.

Mi hijo es un niño completamente sano, sin ninguna carencia y lo ha sido sin necesidad de tomar un sólo lácteo (exceptuando la lactancia materna hasta los 23 meses). Lucero ya había normalizado la situación y él mismo decía que la leche «le hacía pupa» y por eso no podía comer según que cosas.

En las analíticas de sangre seguía saliendo un pequeño porcentaje de alergia a la leche de vaca, pero los pricks eran negativos. Así que desde el gabinete de alergia del hospital nos citaron durante toda una mañana a la prueba de provocación. Consistía en dar leche en cantidades crecientes, midiendo temperatura, saturación de la sangre y tensión después de cada toma durante 5h. Después se hacía seguimiento en casa y en caso de cualquier incidencia había que comunicarla a su pediatra. A la semana se le volvía a hacer análitica de sangre.

Los resultados de la analítica salieron igual que la anterior, pero como no había habido incidencias graves nos dijeron que daban por superada la alergia. Justamente coincide con lo que dicen las estadísticas… lo superan casi todos los niños alrededor de los 2 años.

Ahora le estamos introduciendo poco a poco pero… No le gusta!!! No quiere ver los yogures ni la leche de vaca. Eso sí… El otro día pilló chocolate de un cumpleaños y ahora dice que es su comida favorita. Él único chocolate que había comido era el negro y decía que estaba malísimo, ahora es otra historia!

¿Y vosotros? ¿Habéis tenido alguna complicación con algún alimento?

Ojalá hubiera podido salvaros. Ojalá.

Comparto texto de la entrada de Facebook de Cor a Cor. Espacio que ayuda a acompañar y visualizar el duelo perinatal. Sus palabras me ayudan a seguir mi camino.

💫7💫
No puedo (ni quiero) evitar que se encharquen mis ojos recordándote.
Una noche como hoy, hace 7 años, entrábamos en urgencias con un nudo en la garganta y la esperanza en los bolsillos. Esperábamos, inocentes, cualquier cosa menos la muerte. Y una voz que aún resuena en mi ser nos anunció lo peor: tu vida ya no existía y en mi vientre se acunaba la muerte.
Me deshice en llantos y gritos de desesperación, comedidos por no molestar, pero ninguno de mis alaridos podía devolverte el la

Ojalá hubiera podido salvarte, Cora. Ojalá.

Hubiera dado mi vida por ti en aquel momento porque no comprendía a qué jugaba la vida arrebatándote de mis entrañas. Necesité atravesar el dolor más profundo durante largos meses, y estar atenta al aprendizaje durante los años que siguieron para poder alcanzar y abrazar al agradecimiento. Ése que tan presente está en cada día de mi vida.

Gracias, pequeña maestra, porque fuiste el impulso que le faltaba a mi vida para ser de verdad. Fantaseo muchas veces en cómo sería la vida contigo y cada vez me sale peor. Y es que me he acostumbrado a tenerte como mi horizonte. Eres esa guía que me manda señales cuando estoy confundida. Eres una protección que me calienta como el mejor de los abrigos. Eres una inspiración desde que abro mis ojos hasta que me pierdo en mis sueños.

Cada vez tengo más claro que a ti no te perdí. A ti te gané. Y volveremos a encontrarnos y podré agradecerle a tu alma que iniciara su viaje tan pronto porque me regaló una lección que no aprendería ni dando la vuelta al mundo.

Gracias Cora.
Gracias por entrenarme para valiente. Sé que después de ti, puedo con todo.
Gracias por abrir mi camino hacia el sufrimiento que tantos conocimientos me ha regalado.
Gracias por velar por nosotros. Somos afortunados de tenerte.

Gracias Cora, porque ser tu mamá es una de las experiencias más enriquecedoras de mi vida.

Felices 7 años en las nubes, amor.
Con todo mi amor, Mamá.

En mi caso, estoy aún en el profundo dolor. Vivo en una montaña rusa de emociones. Nunca olvidaré a mis hijas que seguramente el hecho de saber que ya estarían conmigo me está removiendo más de lo habitual estos días…

Recientemente acudí a un grupo de ayuda de duelo perinatal y ha sido la mejor decisión que he tomado. Nunca es tarde y es mejor recorrer este complicado camino acompañada.

Os quiero Aria y Claudia, os prometo que vuestro hermano siempre tendrá presente que cuenta con dos hermanas brillando en el cielo.

Nuevo año, nueva búsqueda.

Estoy deseando que acabe el 2017, como si tuviera la sensación de que el 2018 nos va a traer buenas experiencias. 

Mi aborto me ha marcado de por vida. Recuerdo la experiencia como si fuera una pesadilla y la viviera en tercera persona. Supongo que es una especie de «escudo» de la mente para soportar todo el dolor físico y sobretodo emocional que he vivido. 

Y en estas fechas no paro de pensar cómo hubiera sido todo… Estaría a un mes de conocer a mis niñas o quizás bastante antes por ser gemelar.  Las echo de menos, las recordaré toda mi vida, aunque se que cada vez será con menos dolor. 

Psicologicamente vivo en una montaña rusa, aunque cada vez con menos intensidad. Creo que estoy llevando bien mi duelo. Hablo y lloro cuando necesito… sin cortarme.

 Respecto al tema médico parece que todo ha vuelto a su sitio y nos han dado el visto bueno para volver a intentarlo. Me han avisado de que un nuevo embarazo lo viviré con mucho miedo. He perdido toda la inocencia. 

Sin embargo tenemos claro que queremos volver a intentarlo. De hecho ya he tenido una oportunidad y mi decepción al ver el negativo fue mucho mayor de lo que esperaba, por eso mismo temo que se alargue la búsqueda, ya que me queda la incertidumbre de si se quedó todo bien dentro después de la infección y los dos legrados. En mis anteriores embarazos fuimos demasiado afortunados y teníamos el positivo en el primer intento aunque se que eso no es lo normal. 

Mi Lucero sé que será un hermano mayor excepcional. Él es muy «brutote» pero es responsable y con los bebés se le despierta una ternura indescriptible. Cuando lo veo me derrito de amor y pienso en lo bien que hubiera cuidado de sus hermanas.