18 meses de lactancia materna

¡Quién me iba a decir que llegaría hasta este punto! Sobretodo cuando nació y con todos los problemas que tuve para que se enganchara al pecho tal como expliqué en  entradas anteriores.

No pude evitar crear mi propio «Tree of life»

Puedo asegurar que me encanta dar el pecho a mi bebé, pero… se me ha pasado muchas veces por la cabeza destetarlo. Está es mi visión personal sobre la lactancia materna.

Mis inconvenientes:

1. Crea mucha dependencia. El bebé no puede estar sin ti. Ahora que es más mayor aún hay veces que tengo la impresión de que me ve sólo como un par de tetas, y si tiene «mono» insiste sin parar con rabieta incluida. 

2. No sabe dormirse sin su teta si estoy presente. Sólo conseguimos dormirlo en el carrito de paseo y sin estar yo presente. En la guardería duerme en un colchoneta él sólo, pero estoy segura de que el ambiente le condiciona (y seguro que habrá llorado lo suyo antes). Sólo ha pasado una noche sin mi y fue una pura odisea para mi madre. 

3. Tiene más despertares. Lucero duerme muy muy mal. En 18 meses sólo ha conseguido dormir 3h seguidas como máximo (¡y esas noches me despierto con ganas de comerme el mundo!) pero lo normal es que pida cada menos tiempo, incluso rachas de toda la noche con la teta en la boca o despertarse cada 40 minutos o menos. Estoy segura que si le quitara el pecho y dejara de hacer colecho tendría menos despertares. Aunque es verdad que también ha tenido sus motivos porque ha pasado por una otitis perforada y su intolerancia a la leche de vaca le ha provocado más de un dolor de tripa.

Mis ventajas:

1. Siempre disponible. Hemos viajado bastante y siempre ha tenido su leche disponible. Cuando está enfermo sólo quiere pecho y yo me quedo más tranquila porque se que algo ha comido. También al tener la intolerancia a la proteina de leche de vaca (que todavía no ha acabado de superar) me ha ahorrado mucho dinero porque las leches hidrolizadas son carísimas y saben además fatal.

2. Le relaja. Lucero es un bebé muy muy intenso. Y no lo digo yo, lo dice todo el mundo. «Vaya bicho» .  También no se cómo serán las rabietas que dicen que tienen a partir de los dos años porque él hace tiempo que empezó y es agotador. Muchas veces le he ofrecido pecho para relajarse por estar yo misma desbordada. También para dormir es mano de santo, al poco de succionar cae rendido.

3. Es nuestro momento de paz y conexión. Lucero es poco cariñoso, por eso, con más motivo cuando está abrazado a mi mirándome con esos ojazos me derrito de amor. 

Por lo pronto estoy siguiendo el plan de No ofrecer, pero no negar. También le he dicho que la teta tiene frío (a ver que excusa me invento en verano) y parece conforme con la idea y siempre se espera a pedir cuando llegamos a casa, pero a veces es llegar al portal y se enrabieta de la desesperación que tiene por cogerse a su teta. 

Tengo previsto para verano quitarle las tomas nocturnas. Esperamos hasta verano porque necesito la ayuda del papá, pero mientras, es difícil porque se pasa muchas horas a la carretera y me preocupa que el sueño le pasase factura. También tengo la esperanza de que como será algo más mayor le podré razonar y convencer mejor con el cuento de La teta cansada para conseguir que entre sus rutinas no esté el pecho para dormir.

Se hace mayor.

Hasta entonces seguiremos igual ya que no hay otra forma de relajarse y rechaza también biberones y chupetes. No quiero terminar con la lactancia, me encanta, pero necesito descansar mejor. 

¿Alguien en una situación parecida? ¿Me podéis dar algún consejo?